Los bajos tipos de interés y la mejora de la situación económica en España han animado a muchos suscriptores de hipotecas a adelantar la amortización de los préstamos contraídos o a liquidar anticipadamente su deuda hipotecaria.

En ocasiones este hecho no es aceptado de buen grado por los bancos o es aceptado en condiciones no siempre apropiadas.

Cuando se adelantan pagos de una hipoteca hay que valorar si conviene que nos reduzcan el importe de las cuotas o el número de vencimientos. La situación económica actual y futura del deudor condiciona qué opción será la más adecuada.

Por otra parte hay que tener en cuenta que las amortizaciones anticipadas son más interesantes en los primeros años de la vida del crédito. Los bancos amortizan al principio más intereses que al final, cuando se devuelve el capital y pocos intereses. Por tanto las amortizaciones anticipadas interesan más al principio, cuando más intereses estamos pagando.

No se debe olvidar, al considerar la cancelación, que la rescisión de préstamos trae siempre aparejada el pago de comisiones bancarias.